El nuevo paradigma de las clases de idiomas online
Vivimos en un mundo de constante innovación tecnológica, también en el campo del aprendizaje de idiomas. Tenemos el famoso Duolingo, las series con subtítulos, e incluso esos dispositivos que mientras dormimos nos susurran frases en otro idioma.
Los avances con las clases de idiomas online
Pero la forma más efectiva e interesante de aprender un idioma, y la más demandada, sigue siendo la interacción directa entre humanos. Es decir, las clases de idiomas. Y desgraciadamente, en este campo no ha habido demasiados avances en los últimos años.
Uno de los desarrollos más interesantes lo constituyen las clases de idiomas online. No nos referimos a cursos online, con contenidos en una plataforma y el estudiante consumiéndolos a su ritmo. Aquí hablamos de clases por videoconferencia en tiempo real, con profesor y estudiante conectados de forma síncrona, por medio de Skype, Google Hangouts, Zoom, Adobe Connect o cualquier otro software.

Aprendiendo idiomas desde el otro lado del mundo
Ventajas de las clases de idiomas en línea
La ventaja evidente de las clases online es la flexibilidad. Profesor y estudiante no tienen que citarse en un lugar físico, pudiendo ambos conectarse a las clases desde donde quieran. De esta forma se ahorra en lo que más anhelamos los modernos urbanitos: tiempo. He impartido clases online a muchas personas del mundo corporativo, en un contexto internacional. Dichas personas pueden dar una clase en la oficina, al día siguiente en su casa, y otra en un hotel mientras viajan.
La desventaja, supuestamente, es la pérdida de contacto humano. Sin embargo, como profesor online y presencial, puedo asegurar que esa desventaja es falsa, ya que las clases online suelen ser muy humanas y divertidas, y la gente cada vez está más acostumbrada a relacionarse por Internet.
Herramientas online para soportar el aprendizaje del idioma
Una gran ventaja es que en las clases online podemos usar el ordenador e internet como herramientas de enseñanza, en contraste con los libros, papeles y bolígrafos. Por ejemplo, una pizarra digital, que me permite mostrar al estudiante mis materiales de clase y subrayar, poner flechas o escribir en ellos para facilitar las explicaciones. Si el estudiante no conoce las palabras “lámpara” o “cocido madrileño”, no explico, uso Google Images. O podemos practicar el dar indicaciones con ciudades reales de Google Maps. O comentar la noticia del día en un periódico digital. O ver vídeos de forma síncrona. Las posibilidades son infinitas, al contrario de las clases presenciales.

Practicar el dar indicaciones con ciudades reales de Google Maps es un excelente ejercicio para aprender un idioma
Metodología primero, tecnología después
Ahora bien, la revolución más urgente en este campo no es tecnológica, sino metodológica. La mayoría de profesores sigue usando el paradigma clásico, donde el objetivo principal es aprender gramática, y las actividades prácticas se diseñan para ejercitar y afianzar la gramática.
Cuando aprendemos a conducir, ¿qué es más importante? ¿Leer el manual mecánico del coche o practicar la conducción? Pues para aprender a hablar un idioma, en lugar de hablar el idioma, tomamos clases de gramática.
Existe un enfoque real, natural y que bien adaptado a las necesidades de cada estudiante, es más rápido que el tradicional. Se trata de dar la vuelta a la tortilla. Aquí lo importante es la práctica del idioma en situaciones reales: pedir comida en un restaurante, describir una ciudad, hacer una presentación profesional, etc. Y la gramática es una ayuda para la expresión oral, no el centro de todo.

Lo importante es la práctica del idioma en situaciones reales, como reservar una habitación de un hotel.
La fluidez versus la precisión a la hora de aprender un idioma
En este enfoque la fluidez al hablar es más importante que la precisión, pues así sucede en la vida real. Los nativos compensan fácilmente los errores, pero pierden la paciencia ante alguien que tarda 5 segundos en producir una palabra.
Incluso la gramática se puede practicar en situaciones reales. En lugar de aburridas frases con huecos, preguntamos al estudiante ¿Qué hiciste el fin de semana? ¿Qué has hecho hoy? ¿Cómo era tu ciudad hace 20 años? Y le dejamos hablar dos minutos y apuntamos sus errores sin interrumpirle. Cosa esta de apuntar errores que puede ser intimidante en modo presencial…
En conclusión, las clases de idiomas online son el presente y el futuro del aprendizaje de idiomas. Constituyen un ejemplo de integración entre tecnología y humanidad. En un mundo en el que ya compramos de todo en internet e incluso encontramos a nuestra pareja, cada vez tiene menos sentido acudir a clases presenciales para aprender un idioma, pudiendo disfrutar de todas las ventajas de las clases online. Eso sí, para disfrutar de esas ventajas conviene acudir a un profesor conocedor del medio online.

Diego Arranz
Diego Arranz
Profesor de español online e ingeniero informático
Fundador de D4 Spanish y creador del Método D4 basado en situaciones reales.