Google vuelve a la carga con la robótica, esta vez con robots a los que se pueda enseñar
La ciencia y la tecnología siempre han supuesto progreso para la Humanidad, pero también han traído de la mano muchos riesgos. Por eso la gigantesca Google va y viene en lo que se refiere a robótica.
Alphabet, la empresa matriz de Google, está volviendo a los robots, pero han decidido añadir I.A. (inteligencia artificial) para crear robots que puedan aprender por su cuenta.
En un artículo de X Lab, Hans Peter Brondmo, gerente general del proyecto de robótica X, explicó recientemente que los ingenieros ahora se están centrando en la creación de robots que interactúen con las personas de manera significativa y realicen tareas útiles.
¿Pasaremos de tener Alexas en casa a contar con androides que nos ayuden a limpiar o robots que hacen la comida?
Alphabet ha comenzado a probar con la sencilla tarea de clasificar la basura en vertederos. Los robots aprendieron a realizar estas tareas con una combinación de simulación, refuerzo y aprendizaje colaborativo.
El objetivo es hacer que los robots dependan menos de la programación humana para sus habilidades, y que sean capaces de adaptarse rápidamente a nuevas tareas y entornos complejos.

Robots de Project X de Google Alphabet separando basura
Los resultados son significativos: los robots pudieron aprender la tarea a través de la práctica en lugar de tener que programar cada parte de la tarea. Además cabe destacar que los robots de X Lab tuvieron éxito a nivel de reciclaje. Lograron reducir el nivel de contaminación de residuos del 20% a menos del 5%.
Esta experiencia reciente ha demostrado a Google que el futuro en que los robots realicen tareas humanas no está nada lejos.
Antecedentes de Google con la robótica
Esta no es la primera vez que Google apuesta por la robótica.
En 2013, Google compró varias de las principales compañías de robótica, incluida Boston Dynamics. El proyecto quedó descartado después de dos años, y ya se han escindido muchas de las compañías adquiridas. En el caso de Boston Dynamics, fue vendida en 2017 a Softbank.
Ahora Google parece estar retomando el tema donde lo dejó, en la búsqueda de construir robots domésticos.
A través de su X Lab y del llamado The Everyday Robot Project, se han creado los robots capaces de aprender que separan basura.
¿Robots cocineros o militares? El lado oscuro de la robótica
La inteligencia artificial (I.A.) se está desarrollando a un ritmo increíble y se está poniendo rápidamente al día con la inteligencia humana (I.H.).
Con los avances actuales estamos cerca de poder delegar una gran cantidad de tareas cotidianas o complejas en sofisticados robots, ¿pero podríamos estar creando un frankestein?
No hay nada más amigable que Wall-e o R2D2, pero otros cuando piensan en robots imaginan a Terminator.
Cuando Google vendió Boston Robotics a Softbank muchos alegaron que la razón subyacente era que Google quería ser contratista de Defensa. Por el mismo motivo había terminado previamente la relación de Boston Dynamics con el D.O.D. (el Ministerio de Defensa en Estados Unidos).

Entrenamiento de Robots en Boston Dynamics, ahora empresa de SoftBank
Lo que preocupa a muchos que es estos robots recicladores parecen tener capacidades militares deseables. Aquí es donde se abre la polémica sobre los riesgos intrínsecos de aventurarse en un proyecto así.
¿Podrían estar construyendo el arma más peligrosa del siglo sin querer?
Así ocurrió a muchos científicos durante la Segunda Guerra Mundial, que se volvieron responsables sin intención de las atrocidades de Hiroshima y Nagasaki entre otras.
Google tiene el lema “don’t be evil”, y podría tener objeciones filosóficas o éticas para seguir siendo un contratista de defensa. También entra en juego la reputación de la marca y cómo podría afectar una mala decisión estratégica a sus relaciones públicas.
¿Cómo avanzar en robótica sin amenazar a la humanidad?
El mundo está lleno de amenazas, y no podremos evitarlas, ni tampoco parece tener sentido evitar el progreso por miedo. Ahora bien, en este caso hablamos de un nivel de amenazas a la altura de la bomba nuclear. Un ejército de robots bien entrenados podría producir auténticos genocidios.
Si el prolífico escritor de ciencia ficción Isaac Asimov se aventuró hace más de medio siglo a crear una serie de leyes para la robótica fue porque era consciente del peligro y la responsabilidad que suponía su creación.
Su primera ley es clara, y Google la conoce bien: “Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño.”
En otro nivel mucho menor, quien fabrica coches sabe que se puede atropellar a alguien a conciencia con ellos. No sirven para matar en absoluto, pero alguien podría usarlos para ese fin.
Aun tratándose de un riesgo limitado a pocas personas, ya se están creando medidas de seguridad adicionales para evitarlo. En un futuro próximo los coches autónomos serán tan inteligentes que detectarán humanos e impedirán que sean atropellados.
Llevar a cabo una medida de seguridad similar con los robots de Google y de otras tecnológicas podría ser la clave.
Se trataría de añadir en la programación de estos robots la incapacidad de hacer daño.
¿Robots héroes?
Algunos teóricos van más allá, y consideran que podrían ser los propios robots quienes nos salven.
Por un lado, pueden ayudar a erradicar el hambre o a solventar el problema del calentamiento global. Es posible que antes de ser armas asesinas se conviertan en piezas esenciales para rescatar a la humanidad de la destrucción por cambio climático.
Otra especulación de la que se habla sobre el papel decisivo de los robots para la humanidad es que, en caso de necesidad de despoblar la Tierra, los robots podrían realizar tareas como construir espacios para la habitación humana en Marte u otros destinos espaciales.
También los robots podrían protegernos de sí mismos, o incluso de otros robots si sucediera que algunos de ellos se programan para dañar o matar a la humanidad.
Nos hallamos en un momento único de la Historia de la Humanidad.
Se nos abren paso oportunidades que superan cualquier sueño de niño.
Al mismo tiempo, aparecen nuevas amenazas. Esperemos que seamos capaces de sacar lo mejor de este gran poder como civilización, y no lo encaminemos a nuestra propia destrucción.